Es tan sencillo que puede parecer que no es ni una receta de cocina, pero a veces la simplicidad hace las cosas más buenas.
Además, es una idea a la hora de cocinar el pescado, que puede servir para que algunas personas que son reacias a comer, encuentren aquí una manera de consumirlo, además, con muchas ganas.
En casa no teníamos mucho hábito de comer pescado y ahora es lo que más comemos. Y os aseguro que nos apetece mucho.
Cuando voy a la pescaderia, compro una merluza entera, no demasiado grande, si puede ser. Entre 1 ó 1,200 kg. Le pido a la pescadera que le saque la espina y que me lo corte a lomos o supremas, como dice ella.
De esta manera va muy bien para aquellas personas que como nosotros son un poco remilgadas a la hora de comer pescado con espinitas, ya que aquí no hay ni una, puesto que también me separan la parte de la ventresca que es donde podría quedar alguna.
Yo lo paso por agua, por lavarlo un poquito y lo pongo a cocer al vapor (es mi cocción estrella). Se hace con bastante facilidad y rapidez.
Cuando está cocido, se puede comer directamente con un poquito de aceite. Nosotros le ponemos nuestra salsita de aceite con ajo y sal. I está buenísimo!!!
Buen provecho!!!
Nota: como a nosotros acostumbra a sobrarnos pescado, lo congelo con una rejilla, para después poder descongelarlo y que los líquidos de la descongelación no lo mojen.
En cuanto a las espinas y la ventresca, también las congelo para ulteriores usos en sopas de pescado, por ejemplo.
También congelo el agua de la cocción de la merluza para utilizar en estas sopitas.
También quedará perfecta con lomos de merluza congelada.
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