Se trata de cocer la cebolla en una sarten con un poquito de aceite y a fuego bastante fuerte, pero revolviendo a menudo para evitar que se queme.
Cuando ya está bastante cocida, le ponemos un poquito de sal.
Después, le echamos un chorrito de salsa de soja. Yo le pongo TAMARI. La cantidad, al gusto. A mí me gusta mucho, pero se ha de tener en cuenta que sala bastante, por tanto, antes de pasarse, mejor probarlo.
Seguidamente, le echamos un par de cucharaditas de concentrado de manzana, que es como una especie de sirope. La cantidad también depende del volúmen de la cebolla que vayamos a hacer.
La cebolla se puede hacer en trozos grandes o incluso con cebollitas enteras, pero yo la corto en tiras finitas, de manera que se cuezan antes. Es para no estar tanto rato. Pero he de reconocer que las cebollas tiernas enteras (pequeñtas) son una auténtica delicia.
Esta cebolla, la utilizo para mezclar con arroz integral, los frankfurts de tofu, salsichas de cerdo, seitán, etc., ya que dan bastante juego para acompañar muchos platos.
El otro día la puse encima de unas patatas hervidas con piel, cortadas en lonchas y añadiendo por encima o en medio, unas lonchitas de queso para que se fundiera. En fín, una delicatessen.
I que os voy a decir? Pues que estaba riquísimo!!!
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